Lucas Beltran Florez

(Alcanar-Tarragona, 1911-Madrid 1997). Se licenció en Derecho por la Universidad de Barcelona, paso por la London School of Economics, donde tuvo de profesores a Lionel Robbins y Friedrich von Hayek. De vuelta a España pasó al bufete de Cambó; coautor con Joan Sardá. Catedrático de Economía y Hacienda Pública en las Universidades de Murcia, Salamanca, Valladolid y la Complutense de Madrid. Director del Servicio de Estudios del Banco Urquijo, Secretario General del Plan de Estabilización y de los Planes de Desarrollo.

Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras

 

Lucas Beltrán (o Lucas Beltrán Flórez), nacido el 24 de marzo de 1911 en Alcanar, Tarragona, falleció el 4 de julio de 1997 en Madrid, fue un economista Español liberal. Después de estudiar derecho en la Universidad de Barcelona, recibió una beca y se trasladó a Inglaterra, donde estudió economía en la London School of Economics en 1931 y 1932. Se reunió con prestigiosos profesores y economistas como Lionel Robbins, George shacke y Friedrich Hayek, con los que posteriormente vinculó una gran amistad.

 

Después de la guerra civil en 1936, en España, tuvo una carrera como profesor en varias universidades españolas, mientras realizaba una importante labor científica. En 1958, ocupó la Cátedra de economía política y finanzas públicas de la Facultad de derecho de la Universidad de Murcia. En 1971 ingresa como catedrático en la Universidad Complutense de Madrid, después de una larga estancia en Valladolid y Salamanca. Lucas Beltrán, como economista y catedrático de economía, anotó un gran número de economistas españoles como Francico Cabrillo o Jesus Huerta de Soto. No sólo ha desempeñado un papel importante en la evolución del pensamiento económico sino también en la política económica española. Fue asesor económico del Banco Urquijo y Secretario General de la oficina del plan de desarrollo.

 

Lucas Beltrán estaba muy interesado en la historia de las doctrinas económicas, con su excelente artículo sobre "la influencia de Rousseau en el pensamiento económico", publicado en 1974. Su obra más famosa es indudablemente su "historia de las doctrinas económicas", de las cuales se publicaron cuatro ediciones, primero en 1961 y la última en 1988. También recalcó la enorme importancia del funcionamiento del mercado libre y el buen funcionamiento del sector público para el mejoramiento sostenible del bienestar de la sociedad. Nuestras economías mixtas se caracterizan por una asimetría de libertad, explicó Lucas Beltrán. El sector privado es un sector controlado por el estado, mientras que el sector público es un área que nadie controla. La importancia del economista liberal es cuidar el funcionamiento y las relaciones entre el mercado y el sector público.

 

En su libro "cristianismo y economía de mercado", Lucas Beltrán afirma que la economía de mercado es el principal contribuyente a la prosperidad y la libertad de los hombres. Lo mejor de los sistemas económicos promueve una mayor producción de bienes, la menor distribución desigual y la más mínima restricción de las autoridades sobre las personas y sobre las ideas de los ciudadanos. La economía de mercado es superior a cualquier forma de colectivismo en estos puntos. El cristiano, que estudia estas cuestiones objetivamente y sin pasión, prefiere la economía de mercado, no por razones teológicas, sino porque es movido por su amor por los seres humanos.

 

 


 

Lucas Beltrán: un hombre bueno
Pedro Schwartz -El País- 12 JUL 1997

Acaba de fallecer en Madrid a los 86 años el profesor Lucas Beltrán Flores. Para trazar de él un retrato cabal, deberíamos decir que fue economista liberal y hombre bueno.

Pensador profundo de prosa sencilla y clara, defensor del mercado por amor al prójimo, católico bien templado y amante de las libertades: era una paradoja viviente para quienes tildan la economía de lúgubre ciencia, creen que el capitalismo explota a los pobres y confunden la razón con el racionalismo.Nacido en Alcanar (Tarragona) en 1911, se licenció en Derecho en la Universidad de Barcelona y, obtenida una beca para ampliar estudios en el extranjero, acudió a la London School of Economics durante el curso de 1931-32. Allí fueron sus maestros Lionel Robbins y Friedrich von Hayek, como pasados los años lo fueron míos.

 

De vuelta a España, Beltrán pasó al bufete de Cambó; escribió sobre la economía catalana con ese otro gran liberal catalán, Joan Sardá; pasó la guerra civil como funcionario de la Generalitat a las órdenes de Tarradellas; y, terminada la guerra, profesó la economía política en las Universidades de Barcelona y Madrid, antes de obtener cátedra en Murcia, Salamanca, Valladolid y, finalmente, Madrid.

 

En la capital, fue economista del Banco Urquijo, que Juan Lladó Sánchez Blanco había transformado en raro refugio de intelectuales, y economista en la Comisaría del Plan de Desarrollo, refugio también, éste paradójico, de defensores del mercado. Fue un pilar de la revista Moneda y Crédito. Publicó en 1960 la primera edición de su Historia de las doctrinas económicas, que aún leen con provecho los especialistas, sobre todo por su atención a los españoles.

 

 


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